Los adversarios se retaron en un duelo de miradas
que
encerraban el ímpetu de un volcán.
En plena batalla, los gallardos caballos colisionan en
bestial envite
haciendo tronar al graderío.
Justo o no, él es el vendedor del duelo del amor,
el campeón
de la dama…
Pero la sombra de la deuda del honor perdido es larga
y se
proyecta incansable hasta alcanzar a la fugitiva pareja…
Solo el ocaso presencia el trágico destino de los amantes.
Y el fatal desenlace atormentará al vencedor en su aciago destino,
por siempre…

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